Ahora, con tanto bicentenario dando vueltas, la costumbre vernácula de la reunión parece que viene, por lo menos, desde el momento en que todos fueron a la Plaza, paraguas en mano, queriendo saber de qué se trataba la cosa.
Por comentarios surgidos de post anteriores, veo que varios profesionales independientes, sufren con creces el hábito ancestral de la reunión.
"Tenes un ratito que nos reunimos y te cuento?"
Y tras la propuesta de reunirnos vaya a saber para qué, vienen las frases aliviadoras que son mentiras piadosas pronunciadas sin que se les mueva un músculo de la cara, con la fuerte convicción de que uno terminará creyéndolas.
"Vas a ver, no va a ser más de media hora...." : si mi angelito, pero la reunión es en Microcentro a las diez de la mañana con lo cual tu aclaración me exaspera aún más porque para una reunioncita de media hora -en el mejor de los casos que lo cumplas- tengo que viajar dos horas y media en el peor momento de la mañana. Por favor, pensate algo interesante, al menos!
"Tenemos que ver un par de temitas": No me mientas Roberto, no mientas. En veinte años de carrera, si armaste una reunión en tu oficina, es para exprimirme el cerebro y órganos lindantes, con una lista interminable de temas, que concatenás unos con otros con una habilidad envidiable. Abrís dieciocho cursos de acción que vas a analizar uno a uno y no me vas a liberar hasta que terminemos de ver todos y cada uno de ellos. ¡Liberen a Willy!
"Te tengo que presentar a mi socio": Versión light de lo que debiera ser "Mi socio te va a sacar una radiografia exhaustiva de tu persona y de tus conocimientos, te va a comparar con su contador/equipo contable y va a tratar de reducir tu presupuesto de honorarios al tercio". Eso si, al menos, esta mesa examinadora te sirve un cafecito, o al menos te lo ofrece, muchas veces esperando que digas que no....
Version hard 2.0: La reunión es para avisarte que como el socio pone la plata, el socio pone el contador.
Pero Roberto, para eso me haces venir? Avisame por telófono y te mando los papeles por un remise, cariñññño, el tiempo es fugaz! (...entonces no me lo hagas perder con alguien que no va a ser mi cliente, please!).
"Es que hay mucho temas que tenemos pendientes...." Típica reunión "reprocheitor en cadena". Van a empezar de 1816 para acá, a recordarte hasta el día que presentaste el IVA con cinco centavos de diferencia... EN CONTRA DE LA EMPRESA!.
Antes de ir a esas reuniones, más vale pasar por tu farmacia amiga y comprar tapones para los oídos.... y ver como se mueve solamente la boca sin escuchar el vómito descalificante. Ah... a qué viene la reunión? Y 99% a que están ajustando números, y en vez de decirte si les podés bajar el abono, te lanzan una catarata de situaciones para que te sientas culpable y les regales el trabajo por 6 meses. Espera sentado, Roberto! Next!
"Tenemos un par de ideas que te queremos comentar"
Y creo que esta es la más sufrida por cualquier tipo de profesional independiente. Cataratas, torbellinos de ideas (que más que ideas son "ideotas") que surgen de estas mentes privilegiadas. Mentes que a falta de amigos/socios/empleados de confianza/familiares para pagarles un café y comentarle este tipo de cosas, o bien un psicólogo que los oriente sobre la diferencia existente entre el universo de fantasía que montan y la cruel realidad: qué hacen? recurren al contador. Qué ideota genial!
Los dejo, no puedo seguir porque me tengo que ir a una reunión super interesante por un proyecto millonario en Australia donde necesitan un contador experimentado en la cria de cangrejos en las barreras de coral.
Bueno, pasado un par de cafés, va a ser un monotributista que vende peceras en Mataderos.