jueves, 10 de diciembre de 2009

Hay humo en mis ojos...

He aquí un post dedicado a esta bonita intersección de conjuntos, despidiendo además un nuevo año escolar. Si tenemos ð, siendo ð
ð = {conjunto de clientes fumadores que visita la oficina}
y queremos hacer una interesección con el conjunto Ð, siendo
Ð = {gente que le importa poco y nada las reglas mínimas de convivencia}

Logramos el magnífico combo (que ya viene agrandado sin que pidas nada) de
Ê = {clientes que visitan la oficina y les importa absolutamente nada fumarte en la cara}



Ellos vienen media horita a hacer una consulta, pero en el medio de la reunión les agarra la angustia oral y abren intempestivamente la ventana de la oficina y uno no sabe si salen al deck (qué cool!)  a fumar o a suicidarse por el monto al que llega la deuda con la AFIP.

Ya no sabemos qué hacer para que se den cuenta solitos que en la oficina NO SE PUEDE FUMAR!!. ¿No advertís meu clientinho que invertimos una buena parte del presupuesto en Glade, velitas, esencias naturales para el hornito -y no de las truchas del "todopordospesos" sino de las buenas que salen un ojo de la cara-, aromatizadores y otras cosas similares para que cuando venga, sienta la oficina como un espacio agradable?

Si, se dan cuenta. Pero no les importa nada. Irrumpen ya con la abstinencia a flor de piel. Con el mérito enorme de no haber fumado entre la puerta de entrada y todo el trayecto completo del ascensor (un piso de distancia!).
Ya cuando comenzamos a hablar de temas impositivos, algunos  plantean firmemente que o fuman o no me entienden. Que si no fuman no pueden concentrarse.
Y los que aguantan y resisten, me revolean los ojos con doble signo de (a) no entender nada de lo que les digo y (b) o prendo un pucho o me convierto en un serial killer.
El otro caso es el que revuelve que te revuelve la cartera. Sacan la lima de uñas, el DNI, las llaves del auto, la agenda, el quitaesmalte,  revuelven en búsqueda del Santo Grial y finalmente hacen el amague. ¿Saco el atado o no lo saco?. Las ganas nicotínicas pueden más: lo saco.

Inocentemente, con el candor más adorable te dicen "Me dejas fumar, no?" "No te molesta si fumo, no?" "Aca no hay problema si fumo, no?"  y empiezan a girar la cabeza descontroladamente hacia ambos lados en búsqueda de un cenicero.
D.P., que trabaja conmigo y O-D-I-A que fumen (más odia que yo de una buena vez no les diga: SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII ME/NOS MOLESTAAAAAA!) goza secretamente de que no encuentren absolutamente n-a-d-a y se den por rendidos.
Errrrrrrrrrrooooorrrrr! No encontrar cenicero o similar para depositar las cenizas no será ni el mínimo obstáculo.
Soluciones: hacen cucharita con la mano y tiramos las cenizas dentro de ella. Sacan el celofán del mismo atado (si es que no lo han usado en una oficina anterior que han visitado) e improvisan un cenicero transparente a go-go.
Para los que no quieren ganarse además el disgusto de la intimación de IVA de la que estamos hablando, una quemadura de tercer grado, apelan al ingenio, a la sabiduria legada por nuestra profesora de Actividades Prácticas de la primaria y con los papelitos de colores del taco cuadradito que está en una esquina de mi escritorio, le hacen unas cuatro puntitas super prácticas y con un sesgo de Utilisima Satelital, me muestran el modelo terminado, me fuman en las narices con una sonrisa de "listo! viste que fácil te lo soluciono?".

No se si una ceniza me va a provocar un incendio semi forestal con la cantidad de papeles que hay en el escritorio, los ojos comienzan a llorar y no de emoción precisamente, pero se ha logrado el objetivo.
No era que el cliente se sienta cómodo? No, si solamente faltaría que le encendamos un habano, le traigamos las pantuflas y leamos juntos el diario!.

Sugerimos de todos modos, desde este modesto espacio, tal como es la característica de nuestro servicio integral, asistir a las entrevistas en la oficina con el siguiente adminículo y estaremos todos radiantes de alegría.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi sugerencia es que vengan con una burbuja de plástico hermética y que fumen adentro ;-)

Beso

Protervo dijo...

la gente que fuma es como la gente que usa escarbadientes o como la gente que maltrata al mozo.

Verito dijo...

Me acuerdo de una vez en que entré a un bar, yo con una panza embarazadísima de 8 meses. Todavía no estaba la ley que "prohibía fumar dentro de los bares en Capital con la excepción de los que tuviese un lugar específico para fumadores". Entonces era todo demasiado flexible, tenías "áreas" fumadores y no fumadores separadas por... el aire lleno de humo, así que no servía para nada. Ese día entro al bar y le pregunto al mozo dónde estaba el área de no fumadores. Me saca un cenicero de una mesa y me dice: "acá es, señora." En la mesa de al lado, un señor fumaba cómodamente sentado.

Un desastre. Me fui del bar, más vale.

Pero mira lo que me diseñaron

Pero mira lo que me diseñaron
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